MONASTERIO NUESTRA SEÑORA DEL PRADO
Hacia 1481, por disposición de los Reyes Católicos, se instaló la Real Imprenta de Bulas, donde se imprimieron las Bulas de Cruzada. De esta actividad tomó el nombre el «Claustro de Bulas». Hubo reformas en 1673 y 1726La fachada occidental subsiste tal y como fue reformada en 1673. Sobreviven además tres claustros (Claustro de Praves, Claustro de bulas y Claustro Martínez), sacristía, sala capitular, gran escalera y refectorio.
El Claustro de Bulas cuenta como particularidad en sus muros con un reloj de Sol y otro de Luna, lo que ha hecho que este claustro sea conocido también con el sobrenombre de «Claustro del Tiempo»En 1981 la Diputación Provincial de Valladolid, entonces propietaria del inmueble, estableció un convenio de colaboración con el Ministerio de Cultura para acometer la restauración y acondicionamiento, para nuevos usos, del Monasterio de Nuestra Señora de Prado. La edificación ya se encontraba en un lamentable estado de deterioro, más avanzado aún de lo que cabía esperar ya que, a pesar de su buena presencia, se trataba de una fábrica de marcada pobreza constructiva y en la que la extracción de materiales había producido importantes destrozos. Habían desaparecido casi en su totalidad las carpinterías, cerrajerías y balcones, plomos, conducciones, solados, etcAlgunas zonas estaban hundidas y otras en peligro inminente de estarlo. Entre las fechas en que se inició la toma de datos, previa al proyecto de restauración y el comienzo de las obras, se produjeron nuevos hundimientos, como es el caso de la bóveda de la gran escalera del claustro llamado de “Praves". Otros desplomes en el claustro de Martínez afectaron a varias arquerías y buena parte de la cubierta. Más tarde se producirían otros en la iglesia y sus anejos.
Por otro lado, su condición, primero de presidio y luego de sanatorio psiquiátrico, no había contribuido precisamente a rodear el Monasterio de una aureola de prestigio o de interés por sus valores artísticos ya que popularmente era conocido en Valladolid como el “Manicomio” y pocos eran los que tenían información de los espléndidos interiores que aquellos muros guardaban.
Como ya se ha comentado, en 1981 se llegó a un acuerdo de colaboración con el Ministerio de Cultura para la restauración de varios edificios vallisoletanos, propiedad de la Diputación, entre los que se encontraba el “Manicomio”. Finalmente, fue la Diputación la que se hizo cargo de la totalidad de los costos de la restauración en sus siete primeras fases, de las cuales, no se realizaron la tercera y quinta.Resultado de imagen de nuestra señora del prado

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